jueves, 5 de julio de 2018

Mario Pardo


Mario Pardo

Por Salvador Arancio con aportes de Norberto Chab y Néstor Pinsón

Guitarrista, cantor y compositor
(8 de diciembre de 1887 – 29 de agosto de 1986)
Nombre completo: Mario Alberto Pardo

Nació en Cerro Largo, República Oriental del Uruguay y murió en Burzaco, Provincia de Buenos Aires.
En su tiempo fue reconocido como uno de los mayores talentos de la guitarra y, seguramente, el mejor concertista que dio el Río de la Plata. Sin embargo, no tuvo la repercusión popular que debía acompañarlo. Es posible que le interesara, por su formación, mucho más el hecho musical y, más adelante, los derechos de autor, que codearse con la gloria. Además estuvo consustanciado con la vida de campo que se ajustaba mejor a su carácter.
«Nací en ese pueblo de casualidad. Mis padres habían viajado para comprar hacienda y se apuró la cigüeña. De allí pasamos a Carmelo, el pueblo de mi simpatía y de mi cariño. Carmelo tiene su encanto, su historia romántica. Allí con el paso del tiempo fundé conservatorios y fui inspector de bandas militares.»
Cuando llegó a Buenos Aires con sus padres, lo mandaron a la casona Williams, en San Telmo, donde se alojaban todos los alumnos que venían del interior.
Aquí cursó el primario, el secundario, además de estudiar música.
En el conservatorio permaneció hasta los 17 años. En las vacaciones iba a visitar a sus familiares al campo. Más precisamente, a la estación Pardo donde su papá tenía grandes extensiones de tierra. Allí conoció, según sus propias palabras «a gente brava, como el “Matón Cabrera”, “El Zurdo”, y también al guitarrista Banegas, que era de La Plata. Estos eran varios hermanos. Tenían un carácter tan amistoso que cuando no tenían con quien pelear se tiraban
algunos cuchillazos entre ellos».
En la casona frecuentó a grandes maestros de la música. Se recibió de maestro en composición y armonía. «Como un hermano de mi madre vivía en Nápoles, pude viajar a Europa e ingresé en el conservatorio San Pietro Omaiello, el más célebre del mundo en aquel tiempo. Allí, con gran decepción me inscribieron en séptimo año, faltándome tres años más para poder recibirme. Claro que me enojé al principio. Pero luego me di cuenta que era muy justiciero, por que de lo que ellos me pedían no sabía nada».
«El maestro Pierángelo, entonces, me dio uno de los consejos más valiosos, con una reflexión muy lógica. Me dijo: “Mirá, Italia tiene 2000 mil años de cultura y la Argentina sólo 100. Fíjate que hay mucha diferencia. Bastante has hecho tú, no te preocupes que serás un maestro bárbaro”. Yo estaba desanimado porque creí que lo sabía todo y no era así.
«Yo no tocaba ningún instrumento en particular y todos, como ser el cello, la flauta, el piano, la mandolina y, naturalmente, el órgano, el padre de los instrumentos. También estudié dirección y banda».
La ilusión de Mario, como la de otros amigos era tocar en el Teatro Colón. Y ese sueño se cumplió el 4 de noviembre de 1934, cuando entró al Colón con cien guitarras. Una noche inolvidable. «Preparé pacientemente el conjunto, presenté un repertorio con valses vieneses, obras de Korsakov, y después lo mío: “La Tropilla” y esas cosas camperas. Fue la noche más grande de mi carrera».
Ya con Carlos Gardel, los dos trabajando para Max Glücksmann, le propusieron a Ignacio Corsini, que actuaba en un circo con su mujer, ir a esa empresa para hacer discos y salas teatrales y así, ganar 1.300 pesos por noche. Una barbaridad comparado con lo que él ganaba.
A Glücksmann lo conoció en un recital suyo de música clásica en el salón “La Argentina”. Un amigo se lo presentó y le dijo: “¡Che, Ruso, ¿querés escuchar música de tu país?”, “Bueno —respondió el empresario—,¿De qué pianista se trata?” No podía creer que fuera un guitarrista. Apostó una cena para todos los muchachos, a que no podía hacer Korsakov en guitarra. De más está decir que la pagó».
A Gardel y a José Razzano los escuchó por primera vez en el Armenonville, esa misma noche del concierto. Llegaron con Glücksmann y otros amigos. Él también cantó y alguien de los presentes lo elogió: “¡Qué gola tiene ese hombre”. “No querido —respondí— gola no, tengo una voz como cualquier otro. Lo que ha pasado es que los tanos me han sacado la voz para afuera”. Aludía a sus estudios en Italia.
A la salida, el empresario le propuso trabajar con él y Pardo aceptó. Firmó contrato a comienzos del año 1917.
«Le requerí sobre autores para hacer un repertorio. Me respondió que había pocos, Salinas, Villoldo. Yo le hablé de Chopin, Beethoven. “¡Ahhh! —replicó— usted se refiere a los clásicos. Señor Pardo, eso no interesa. Si usted insiste con lo que está haciendo se va a morir de hambre. Aquí no hay público para eso”. Lo llamé a la reflexión, yo venía de estudiar en Italia, era considerado como el primer guitarrista de Latinoamérica. “Está equivocado —respondió— usted los va a cautivar, además ya contraté a esos muchachitos que cantaron antes que usted”. Mientras decía esto puso veinte mil pesos a mi alcance. Esto es un adelanto por cinco años de exclusividad. En ese momento acabó Mario Pardo, el de los sueños del Teatro Colón».
Pardo compuso alrededor de 450 títulos, algunos son las “pavadas”, como supo decir una vez, pero que le rendían unas liquidaciones monetarias muy importantes.
Asimismo, fue asesor musical de Glücksmann y actuó en todas las radio desde 1921, a excepción de Radio Belgrano. Fue asesor artístico de las emisoras Prieto y Argentina. Su amigo Eduardo Arolas le dedicó “La guitarrita”. Llevó al disco unos 150 temas de variados ritmos. Desde “La cumparsita”, en dos versiones, una con canto y la otra instrumental, hasta “Cantando bajo la lluvia”. También puso letras a temas instrumentales, por ejemplo “Sans Souci”, cambiándole el título por “Cuando la suerte se inclina”.
En una ocasión Gardel le dijo que le gustaría tocar la guitarra como él, y Pardo le contestó: “Y a mí me gustaría cantar como vos lo hacés”.

(de "Todotango")


Héctor Lorenzo Lucci - Cuando La Suerte Se Inclina (Sans Soucì) (Presentación) - 1922
Aquel Cuartito De La Pensión - 1929
Aquel Tapado De Armiño - 1928
Ayacucho - 1934
Canto De Amor - 1929
Carreta Del Amor - 1928
Cobarde - 1927
Compadrón - 1928
Cuando La Suerte Se Inclina (Sans Soucì) - 1922
Dónde Estás Que No Te Veo - 1928
Edna - 1929
El Carrerito - 1928
El cencerro (tango-José Martínez)
El Escondido - 1935
Ella Vive En Mi Memoria - 1929
En La Trampa - 1929
En Un Pueblito De España - 1928
Ensueños - 1928
Esta Noche Me Emborracho - 1928
Haragán - 1928
Hasta Que Las Velas No Ardan (Con Glosa)- 1928-34
La Cumparsita - 1930
La Guitarrera de San Nicolás - 1930
La Huella - 1935
La Mariposa - 1934
La Tropilla - 1934
LLévatelo Todo - FD
Los Gauchos De Madariaga - 1929
Lucerito - FD
Maipo - 1930
Maldonado - 1927
Malevaje - 1928
Mañereando (Con Glosa)- 1928-34
No Te Rias (2) - 1928
No te rias
Noches De Plata - 1930
Nucha (vals)
Nutriando - 1928
Pericón Y Gato - FD
Puro Cuento - 1929
Qué Noche! - 1928
Rancho Embrujao - 1929
Ya No Cantás Chingolo (Chingolito) - 1928
Mario Pardo & Juan José Buscaglia (Guitarras) - Cantando Bajo La Lluvia - 1930
Mario Pardo, entrevista de J.C.Dighiero
Pardo en Discos Nacional 1926-35 (pdf)

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Aporte de Horacio Borello Chiarella

1 comentario:

Roberto López dijo...

Hola, estoy buscando hace un tiempo una ranchera de Mario Pardo, que se llama "Morocha de Madariaga" de 1936 que no es la misma que Los gauchos de Madariaga, agradecería si alguien la camparta!!